domingo, abril 29, 2012

Nada duele más que un domingo
sobre todo si ese domingo duele
como solo los domingos saben doler

4 comentarios:

Laura B. dijo...

Vos sabés, a veces, muy de cuando en cuando, sobre todo cuando termino de perder el optimismo, pienso en los domingos como esas noches de las que uno no se acuerda nada, y no obstante uno se avergüenza. Y es ahí cuando los domingos me duelen. No sé si me expliqué bien.

·Quien fuese en ese momento· dijo...

Sí, los domingos suelen doler.. Solo hay que saber llegar hasta el lunes. Saludos =) me agradó leerte.

Anónimo dijo...

A mí, los domingos ya no me duelen, sino cuando terminan. Aunque en alguna época sí sufrí por (todos) ellos. Hoy me duelen más los días "sin nombre", esos que no se distinguen unos de los otros.

Me dio mucha alegria volver a leerte y comprobar, casi cinco años después, que sigues en pleno vuelo.

Creyente... dijo...

Yo le llamaba mal de domingo, era el reinicio de otro lunes que solo quería que pasara...